Cosas que he aprendido trabajando en un grupo multidisciplinar

Por Pablo Rodríguez, el 12 junio, 2018. Categoría(s): Matemáticas • Opinión ✎ 4

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Como algunos de ustedes saben, yo soy físico. A pesar de ello, trabajo como matemático en un departamento de… ¡ecología acuática! Esta situación, además de generarme una considerable crisis de identidad, hace que dedique bastante tiempo a pensar sobre ese concepto tan difuso y tan de moda que es la «multidisciplinaridad».

La idea subyacente tras el concepto de multidisciplinaridad es que no es posible acotar el conocimiento en ramas fijas, motivadas fundamentalmente por la tradición académica. Las fronteras entre las diferentes disciplinas son difusas. Por poner dos ejemplos claros: no se puede trazar una línea sólida entre la física y las matemáticas (¿dónde empieza la mecánica y dónde acaba el análisis?), ni entre la física y la química (¿dónde acaba la mecánica cuántica y dónde empieza la estructura molecular?). Un equipo multidisciplinar ideal contendría expertos en diversas materias, ampliando así el alcance de los problemas que puede abordar. Se espera, además, que en equipos como estos se produzcan momentos «de epifanía», llamada «transferencia del conocimiento» en este contexto, en los cuales todo el grupo aprende y adopta alguna idea o método procedente de otra disciplina.

La idea suena bien, pero su implementación práctica tiene algunas dificultades dignas de mención. Para empezar, estos grupos suelen crearse dentro de departamentos tradicionales, de modo que una disciplina suele estar sobrerrepresentada (en mi caso, la biología) con la inercia que eso conlleva. De ahí que se diga, medio en serio medio en broma, que un grupo multidisciplinar es un departamento tradicional que contrató a un físico para ayudar con las simulaciones.

Uno podría pensar (al menos yo lo hacía) que la mayor dificultad para adaptarse a trabajar con un equipo multidisciplinar reside en adquirir los conocimientos necesarios de las disciplinas ajenas. Curiosamente, mi experiencia ha sido que esta dificultad es secundaria: precisamente por estar en un equipo multidisciplinar siempre tienes acceso a quien te pueda echar una mano. Entonces, ¿cuál es la principal dificultad? Sin duda, la comunicación, y además a un nivel muy profundo. Diferentes disciplinas utilizan no sólo diferentes tecnicismos (esto es lo de menos), sino también diferentes herramientas y, lo más serio de todo, existen diferentes culturas académicas.

Y esto de las culturas académicas no es cosa baladí. Ha llegado un punto en el que puedo identificar a un físico, ingeniero o matemático simplemente por la cara que pone cuando digo: «En mi departamento solamente yo uso LaTeX». Parecen pequeños detalles, pero llegan a afectar incluso a la forma de escribir artículos o de resolver (y hasta de plantear) problemas. A continuación veremos algunos ejemplos.

En mi día a día colaboro con biólogos y matemáticos en el planteamiento, análisis y resolución de modelos matemáticos de interés en biología. En ambos grupos he observado formas de trabajar que me gustan y otras… que me gustan menos.

Entre los matemáticos es de destacar el cuidado exquisito que ponen en la notación, y hasta qué punto plantean los problemas en todo detalle. Por otro lado, son bastante reacios a utilizar métodos numéricos, incluso cuando no queda más remedio.

En cuanto a los biólogos, llama la atención que no hay problema, por complejo que sea, que les asuste. Además, no dudan en sacar toda la artillería numérica a la primera oportunidad. Al contrario que los matemáticos, suelen plantear los problemas de forma mucho más nebulosa, e ir especificando detalles sobre la marcha. Quizá lo que menos me gusta es que muchos journals de biología aplican a rajatabla aquella máxima de «cada ecuación divide entre dos el número de lectores», prefiriendo escribir larguísimos párrafos que se podrían resumir en una sola ecuación (si uno tiene suerte, la encontrará en el apéndice).

Estoy seguro de que ellos también verán raras algunas costumbres de los físicos. De hecho, no deja de ser sintomático que, desde mi punto de vista, matemáticos y biólogos se encuentren en los dos extremos de un continuo (rigor vs. resolución rápida de problemas) en cuyo centro curiosa y sospechosamente está la física.

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Y es que no hay que olvidar que los grupos de investigación son grupos humanos, con sus vicios, virtudes, intereses, inercias, etcétera. En un grupo multidisciplinar la comunicación debe ser fluida no solamente desde un punto de vista de transmisión de la información, sino que se requiere cierta empatía. Tanto para entender las diferencias con los otros (pueden gustarte más o menos, pero suele haber una razón para todas ellas) como para que la «transferencia de conocimiento» sea tal y no un mero «quita, que tú no sabes».

Quizá el mejor resumen de la situación es que, tras más de dos años trabajando en un grupo multidisciplinar, no sabría decir si lo amo o lo odio. Sea como fuere, me atrevo a dejar por aquí algunos consejos, por si pudieran ser de provecho:

Entiende sus métodos

La primera reacción cuando nos encontramos con un método al que no estamos acostumbrados suele ser de rechazo visceral (véase, por ejemplo, las broncas que se arman sobre notaciones para la derivada). Mi experiencia es que, incluso si al final decidimos que «nuestro» método funciona mejor, suele valer la pena pararse a entender los motivos para utilizar uno diferente.

Explica tus métodos

Ejemplo práctico: soy el único estudiante que usa LaTeX en mi departamento, incluidos mis directores de tesis. Al comienzo del proyecto les expliqué mis motivaciones para hacer esto, y llegamos a un acuerdo de mínimos sobre cómo colaborar sin necesidad de que ellos tuvieran que aprender LaTeX.

Aprende a tu manera

Es muy posible que las fuentes que utilizan tus compañeros, directores, etcétera, no sean las ideales para ti. En el caso de la biología matemática, hay libros y journals más o menos inclinados hacia enfoques más biológicos o más matemáticos. A la hora de aprender nuevas ideas, procuro utilizar las últimas. No desperdicies los puntos fuertes que te proporcionó tu carrera. A la hora de publicar, una vez más, tendrás que llegar a acuerdos con tus colaboradores sobre dónde hacerlo.

Reparte tu tiempo de forma lógica

Los grupos multidisciplinares rara vez tienen una composición uniforme. Ejemplo práctico: si eres el único estadístico en un departamento de medicina que contenga médicos, químicos y biólogos, es muy probable que todo el mundo esté interesado en tu ayuda. Probablemente, al contrario, solamente unos pocos proyectos de tus compañeros sean interesantes para ti. Esta situación puede convertirse en un problema si no estableces unos límites razonables sobre cuánto tiempo invertir en ayudar a otros.

Al final, tu tesis es tuya

Formar parte de un grupo multidisciplinar no significa abandonar por completo tus intereses y formación previa. Al final, el responsable de tus publicaciones eres tú. Tus directores están, por así decirlo, en el asiento del copiloto.

No pidas perdón por ser físico, biólogo, …

Si tu disciplina se encuentra en minoría dentro del grupo o, peor aún, si eres el único representante de la misma, es posible que sientas que no vale la pena dar tu opinión. Esto es un error. Es precisamente en esas situaciones, cuando tienes que decir algo que nadie ha dicho antes, cuando más probable es que se aporte algo significativo al debate.

Al fin y al cabo, para eso te contrataron, ¿no?



4 Comentarios

  1. A mi me pidieron una fórmula para calcular errores por efecto Doppler entre estaciones de teléfonos móviles cuando el usuario iba a altas velocidades (en tren, coche, etc.). Me pasé un día entero calculando y cuando se la regalo, el ingeniero me dice: «no hombre, así no, mediante triangulitos». ¡Su puta madre!. Ja, ja, ja.
    Oye, Pablo, en la ecología acuática, ¿utilizáis mucho los métodos de Montecarlo?.

    1. Es difícil no usarlos, dado que engloban prácticamente cualquier cálculo que involucre generación de números aleatorios.

      En mi campo se usan mucho, por ejemplo, para asignar los parámetros de sistemas con muchos elementos interaccionando, y sobre los cuales solamente se conoce información cualitativa. También es común utilizar ecuaciones diferenciales estocásticas en las simulaciones, lo cual, supongo, también puede considerarse un método tipo Montecarlo.

      1. Interesante. Si algún día te cansas de la ecología acuática, podrás aplicar las ecuaciones diferenciales estocásticas a: las finanzas, las técnicas avanzadas de marketing, fenómenos cooperativos, temas de percolación, etc. en definitiva a muchos otros sistemas complejos aparte de la eco-aqua.

  2. No entiendo porqué hay gente que, supuestamente, «participa» de NAUKAS enviando UN solo artículo. ¿Santos en la corte? Y mientras Marín, Villatoro y los demás sacándose la mugre. ¿Porqué mantener en portada a aquellos de escaso aporte?
    Saludos.

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Por Pablo Rodríguez, publicado el 12 junio, 2018
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