Cinco años de fuga

Por Pablo Rodríguez, el 28 septiembre, 2020. Categoría(s): Expat • Textos ✎ 4

Hoy es un día muy especial. Tal día como ayer, hace cinco años, nació este blog. Escribí su primera entrada la noche antes de emigrar a los Países Bajos para hacer mi doctorado. Y exactamente hace 5 años, a esta misma hora, mi avión con destino a Ámsterdam estaba despegando desde Madrid.

Releyendo aquella primera entrada (cosa que no recomiendo, pues no es especialmente buena) me vienen un montón de recuerdos a la cabeza. A ustedes probablemente no, claro, pero les describiré el principal: la incertidumbre. Por aquel entonces casi todo estaba por determinar, desde dónde iba a vivir hasta de qué iba a tratar mi tesis. Por no saber, no sabía ni las caras ni los nombres de la gente que iba a tener alrededor. Lo único seguro era que este era un compromiso de 4 años, y que mi aventura empezaba en menos de 24 horas.

El recuerdo que más me sorprende es el de lo tranquilo que estaba entonces. Quizás porque no sabía nada sobre algunas realidades que me sorprendieron enormemente, como por ejemplo que publicar cuesta dinero y tiene mucho de azar (aunque reconozco que no se me ocurre una alternativa mejor). O que algunas personas, pocas por suerte, odian a cualquier extranjero sin más motivo que el serlo (el premio al insulto xenófobo más creativo se lo lleva, por goleada, el tipo que me llamó «puto croata» en un tren). O lo duro que es pasar temporadas largas sin hablar tu propio dialecto (sí, el castellano tiene dialectos, como descubrí dolorosamente intentando contar chistes a un mexicano). O que la depresión y el síndrome del trabajador quemado son una auténtica pandemia entre los estudiantes de doctorado (por suerte a mí no me pilló, pero es algo que clama al cielo).

Tampoco hay que dramatizar, hacer un doctorado en el extranjero no es como trabajar en una mina de azufre. Es más, algunas cosas han resultado ser menos duras de lo que esperaba. Por ejemplo, aunque se echa de menos a los amigos y la familia, la cosa ha sido llevadera (al menos en mi caso) gracias a las telecomunicaciones. El temido clima del norte de Europa, además de no ser para tanto, se ve compensado con un maravilloso paisaje verde. Y la comida… bueno… mejor cocinar en casa.

Si la reproducimos lo suficientemente rápido como para emborronar algunos detalles menores, la historia de mi doctorado es una historia de éxito: el 15 de Junio de este extraño 2020 obtuve mi título de doctor (por videoconferencia), con la tesis titulada «Cycles and interactions: A mathematician among biologists» («Ciclos e interacciones: un matemático entre biólogos», disponible pública y gratuitamente aquí para aquellos de ustedes tan locos como para querer leerla).

Hablando de títulos de prestigio: en estos años también me saqué el carnet de conducir (coches, no camiones como hubiese querido mi abuela).

Lo curioso es que, lo crean o no, no tengo la sensación de saber una palabra más sobre biología ni sobre matemáticas de las que sabía en 2015. Juro que no es falsa humildad. Aún me cuesta, incluso, contar en pocas palabras de qué trata mi tesis, cosa que me cabrea bastante. Sin embargo, sobre gestión de tiempo, programación científica, peleas con editores, lengua holandesa o normas de circulación en bicicleta podría hablar durante horas. Como suele suceder, se aprende más del proceso que del resultado.

Han pasado 5 años y aquí sigo. Muchos me habéis preguntado si voy a regresar y otros tantos incluso habéis dado por sentado que lo haré. Es normal, pues este suele ser el deseo, muy lógico y legítimo, de una mayoría de españoles emigrados. Pero yo soy de los raros: me quedo indefinidamente. Y lo rubrico con hechos rotundos: hace poco me compré un taladro, una caja de herramientas y un frigorífico nuevo. Hasta una paella de 70 cm de diámetro tengo. La razón es sencilla y nada tiene que ver con ránkings de Shanghái ni políticas científicas de aquí o allá. Simplemente soy feliz aquí.

Otro efecto secundario positivo de no regresar es que no tendré que cambiar el nombre a este blog. Seguiré escribiendo por aquí mientras ustedes quieran leerme. ¡Ah!, y no teman. A pesar del texto de hoy, esta su casa no se convertirá en un blog de temática introspectiva. Tengo programada otra entrada con material del bueno para mañana mismo, sobre matemáticas, para celebrar el aniversario como es debido: sin turras y con ciencia.



4 Comentarios

  1. Hola Pablo, me alegro de que seas feliz. No lo dices, pero supongo que: te casarás con una rubia estupenda, tendréis unos cuantos críos y los domingos, todos juntos, os pondréis a comer paella … yo soy muy buen cocinero de paellas y en una paella que tengo de 55 cm de diámetro hemos llegado a comer hasta 15 personas; así es que con una paella de 70 cm, ¡podrás dar de comer a dos equipos de fútbol!. Ja, ja, ja.
    Por otro lado, me he bajado tu tesis y la he leído un poco. Me gusta el tema que tratas, porque yo también escribí sobre las relaciones entre biología y matemáticas en: drive.google.com/file/d/1lCv42jX1oIZ6sBwSi1pvNsmpoqQYJdk1 , yo creo que podría resultarte interesante leer y comentar conmigo (en unos cuantos emails) las páginas 10 a 15 de mi documento. Mi apartado 2.2.1., habla sobre: «Interaction between populations: cycles»; que se parece mucho al título de tu tesis, pero, por supuesto que es pura coincidencia.
    Es muy probable que cuando escriba la versión 2.0 de mi documento, te incluya en las referencias. De mi lectura rápida de tu tesis tan sólo me surge una duda: ese «online appendix» al que te refieres todo el rato en tu tesis, ¿ande andará?, ¿lo puedes ir modificando con los años?.

    1. Hola Antonio. Ya es casualidad que hayamos trabajado en algo tan parecido. Le echaré un ojo a tu texto cuando pueda, aunque no prometo nada: mi relación con la biología matemática acabó cuando defendí la tesis, y ahora me dedico a la programación científica (concretamente, en problemas de dinámica de fluidos computacional y sistemas de información geográfica).

      El apéndice online que menciono es en realidad el apéndice que aparece al final de cada capítulo. Los capítulos 2, 3 y 4 acabaron siendo publicaciones en revistas científicas, donde los apéndices son, efectivamente, apéndices online. La norma de mi universidad es pegar este tipo de artículos en la tesis sin modificación alguna.

  2. Ah, vale; sí que había leído los apéndices en cada capítulo, pero no me imaginaba que eran éstos los online: en fin, esto me pasa por leer rápido.
    Yo escribí mi pdf por afición; luego quise usarlo para impresionar a un físico muy importante en España; pero tampoco es que me interese tanto, tanto la biología matemática.

  3. Saludos y muchas Felicidades, aunque casi nunca comento siempre que puedo leo tus blogs interesante. Saludos desde Venezuela (aun quedamos algunos cerebros por aqui)

Deja un comentario

Por Pablo Rodríguez, publicado el 28 septiembre, 2020
Categoría(s): Expat • Textos