Hola mundo, adiós España

Por Pablo Rodríguez, el 27 septiembre, 2015. Categoría(s): Expat ✎ 6

Ha llegado el día.

Sospechaba que llegaría desde hace tiempo, concretamente desde que escogí licenciarme en física. Tras varios tumbos más o menos afortunados (una carrera ralentizada por mi trabajo de profesor particular, unos años trabajando como ingeniero, …) me ha llegó el «te quiero».

Quién «me quiere» es un departamento de la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos. Al fin podré dedicarme profesionalmente a la ciencia a tiempo completo (concepto que en Holanda se traduce en 38 horas semanales), aunque tenga que ser a más de mil kilómetros de casa.

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Hoy no es el momento para lamentarse de la mala suerte de tener inclinaciones científicas en el país y momento equivocados. Al contrario, solo albergo agradecimiento a toda la familia, amigos, profesores, etcétera, que constituyen mi verdadero vínculo con esta tierra. Dejo aquí un elevado número de personas muy dignas de ser echadas de menos; ellos saben quienes son. Incluir el nombre de un solo político en el mismo párrafo sería de un mal gusto imperdonable.

Mi vuelo sale en unas horas.

Seguiremos informando.



6 Comentarios

  1. Tómatelo como lo que seguramente será: un periodo de desarrollo y aprendizaje, algo temporal. Para los que no te conocemos personalmente, una buena oportunidad de sondear las sordideces de otros euro-peos… XD

  2. Perdona la cursilería, pero es uno de mis poemas favoritos y habla de muchas cosas, también del que emprende un largo viaje. Mucha suerte y un abrazo fuerte

    JR

    Cuando emprendas tu viaje a Itaca
    pide que el camino sea largo,
    lleno de aventuras, lleno de experiencias.
    No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
    ni al colérico Poseidón,
    seres tales jamás hallarás en tu camino,
    si tu pensar es elevado, si selecta
    es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
    Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
    ni al salvaje Poseidón encontrarás,
    si no los llevas dentro de tu alma,
    si no los yergue tu alma ante ti.

    Pide que el camino sea largo.
    Que muchas sean las mañanas de verano
    en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
    a puertos nunca vistos antes.
    Detente en los emporios de Fenicia
    y hazte con hermosas mercancías,
    nácar y coral, ámbar y ébano
    y toda suerte de perfumes sensuales,
    cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
    Ve a muchas ciudades egipcias
    a aprender, a aprender de sus sabios.

    Ten siempre a Itaca en tu mente.
    Llegar allí es tu destino.
    Mas no apresures nunca el viaje.
    Mejor que dure muchos años
    y atracar, viejo ya, en la isla,
    enriquecido de cuanto ganaste en el camino
    sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

    Itaca te brindó tan hermoso viaje.
    Sin ella no habrías emprendido el camino.
    Pero no tiene ya nada que darte.

    Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
    Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
    entenderás ya qué significan las Itacas.

    C. P. Cavafis. Antología poética.
    Alianza Editorial, Madrid 1999.

    Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña

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Por Pablo Rodríguez, publicado el 27 septiembre, 2015
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